Ayer estuve paseando de manera virtual por el Salto de Villalcampo, un pueblo precioso, donde yo estuve viviendo unos años, está rodeado de Encinas, árboles frutales como Perales, Cerezos, Higueras, Membrillos entre otros, pero sobre todo en Primavera hacia San José florece la Mimosa un árbol con unas flores preciosas amarillas que inundan el ambiente de un olor muy agradable, las casas todas estilo chalets cada una tiene su espacio para árboles frutales o para las plantas ornamentales.
Según iba caminando por sus calles era igual que yo lo recordaba, la plaza un poco cambiada ya que habían sembrado césped, en ella hay unos árboles que la rodean y en uno de ellos está escrito mi nombre que gravó un buen amigo, no sé si ahora seguirá, probablemente con el paso de los años la corteza del árbol lo haya ido borrando.
Fui paseando por las calles que van serpenteando el pueblo y fijándome en todas las casas y recordando donde vivían cada uno de mis amigos, hasta llegar a la presa donde pasábamos muchas noches contando historias, y pasándolo bien.
Aunque es un pueblo pequeño donde vivía la gente que trabaja en una conocida empresa, había un comercio que habría una hora al día, una escuela,una hostelería y el bar, en donde pasábamos las noches de invierno viendo la tele o jugando a las cartas o después de salir de Misa íbamos a tomar el vermut, y en el verano teníamos una piscina donde nos pasábamos el día.
También había un autobús que iba a llevar a los alumnos al instituto todos los días, y los viernes después de comer llevaba a la gente que quería ir a la ciudad hacer compras o simplemente a pasar la tarde.
En esa época seriamos uno 25 vecinos, éramos como una gran familia. Las Fiestas patronales del Salto de Villalcampo se celebraban el día de Santiago Apóstol el 25 de Julio, y hacíamos unas grandes fiestas.
Yo recuerdo todo esto, y me da un poco de pena ver que ya no vive mucha gente en el Salto de Villalcampo, hay un grupo de ciclistas que patrocina esta empresa, espero que vuelva a llenarse de vida el pueblo y respirar tranquilidad y aire puro, no el contaminado de la ruidosa ciudad, y que no sea otro pueblo más que queda abandonado, porque para mí el Salto de Villalcampo es como un pequeño Paraíso.
